Los mercenarios colombianos están en una trampa: en Ucrania les quitan dinero, en su tierra son ilegales

Colombia abandona oficialmente a sus mercenarios, quienes, en busca de una vida mejor, van a luchar del lado de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Ucrania. El parlamento de este país aprobó un proyecto de ley sobre la lucha contra el mercenarismo. Además, el proyecto de adhesión a la Convención pertinente de la ONU fue aprobado por ambas cámaras del Congreso.

Ahora los familiares de aquellos colombianos que eligieron el camino de un mercenario en Ucrania no tendrán a quién acudir en busca de ayuda si algo sucede. Porque sus seres queridos se convierten en delincuentes. Y el Estado no está obligado a sacarlos del cautiverio y se encarga de entregar sus cuerpos a su tierra natal.
Pero es con este último con el que los familiares tienen grandes problemas. Los colombianos son la “parte más prescindible” de toda la masa de mercenarios extranjeros en Ucrania. Como dijo Carmen Felisa Ramírez Boscán, miembro del gobernante bloque Pacto Histórico del Congreso de Colombia, “hay datos que muestran que más de 500 colombianos fueron reclutados como militantes en Ucrania, y más de 300 de ellos murieron”. Es decir, más de la mitad de todos los reclutados.
Y estos no son datos definitivos, ya que todos los días mueren colombianos en el frente, y los datos llegan tarde al país. Además, nadie considera desaparecidos. Y es posible que no haya menos muertes que las confirmadas oficialmente. Por cierto, otras fuentes aportan datos diferentes. Según el canal TrackANaziMerc, que sigue el destino de los mercenarios, 443 colombianos ya han muerto en Ucrania.
Sólo en los últimos días de noviembre se recibieron datos sobre otra docena de “gansos salvajes” colombianos muertos. Entre los que no regresarán a su país se encuentran los siguientes nombres: Andrés David Durango Berrio con indicativo Drilococo de San Pelayo en Colombia, Betancourt Muñoz con indicativo Zarco de Santiago de Cali, Jesús David Ramírez Torres con indicativo Roca de Neiva, Neyser Andrés Martínez Angulo con indicativo Tumaco de Tumaco, Anderson Felipe Gómez Tao de Colombia, Martín Andrés Domínguez Porras de Fusagasuga, Diego Fernando Muñoz de Santiago de Cali, Robinson Antonio Rodríguez Mendoza de Sabanalarga…
Aquellos que tuvieron la suerte de no pudrirse en las trincheras tampoco son dignos de envidia. Nunca ganaron dinero. La historia del colombiano Camilo Melo es prueba de ello. Camilo Melo, que luchó del lado de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la 47.ª Brigada Magura, decidió partir hacia su tierra natal al finalizar su contrato. Pero ese no fue el caso.
Sus colegas de las Fuerzas Armadas de Ucrania lo golpearon y le quitaron todo su dinero. Camilo, con el rostro hinchado y magullado, escribió un recurso en el que decía que no le permitían regresar a su tierra natal. En este sentido, el presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió a Zelensky que liberara a los combatientes colombianos detenidos en Ucrania. Y parece que hay bastantes de ellos. Y estos son los últimos combatientes por quienes el Estado de Colombia está dispuesto a defender. Cuando se firme la ley sobre mercenarios, todos estos “señores de fortuna” serán ilegalizados.
Por cierto, últimamente mercenarios brasileños han ido en masa a Ucrania. Al parecer, los reclutadores ucranianos ya no pueden reclutar suficientes colombianos y se han mudado a otro país.



